¿Cómo se le explica a un menor en riesgo de exclusión social que su gatito no podrá seguir viviendo con ellos porque, al fin, les han concedido una vivienda que les evitará, por ejemplo, recibir las palizas diarias a las que casi se habían acostumbrado?
Lamentablemente ocurre con mucha más frecuencia de lo que creemos, aunque para muchas personas, ¿por suerte?, es un mundo totalmente desconocido.
Desde la Administración se ha puesto de moda la necesidad de educar a los menores en el respeto hacia los animales. Digo se ha puesto de moda porque, en casos como éste parece una gran hipocresía ya que, si realmente fuera por convicción, otro gallo cantaría…
De todos es sabido que los animales al fin son considerados ya en España como seres sintientes. Esta reforma nos llegó de la mano de la Ley 17/2021, de 15 de diciembre.
Con esta muy esperada reforma del Código Civil se pasa a considerar a los animales como ‘seres sintientes’, en contraposición a su definición anterior como meros bienes muebles.
Esto significa que supuestamente se tienen en cuenta sus vínculos afectivos y su bienestar ¿de verdad? ¿te lo crees?
Si es así que se lo pregunten a las personas que cada día tienen que, por imperativo de la Administración, renunciar a ese miembro no humano de su familia y así poder acceder a una vivienda social, un albergue o una residencia de mayores.
¿Cómo se le explica a un menor en riesgo de exclusión social que tiene que abandonar a su mejor amigo porque les concedieron una vivienda social?
Este «tipo de entregas» son una de las excepciones contempladas en los refugios municipales y estos pequeños, con familia que los quiere, serán puestos en adopción para formar parte de otra.
Imagina la escena: un animal perfectamente cuidado y un menor totalmente destrozado despidiéndose de su mejor amigo sin entender qué es lo que le obliga a ir en contra de todo lo que le enseñó su familia desde que nació, mientras se firman los documentos de cesión que permitirán la puesta en adopción de su amigo.
La dura realidad de quien tiene muy poco y lo pierde todo.
¿Qué consecuencias psicológicas puede tener para el menor? ¿y para el gatito?
Si realmente se consideran seres sintientes ¿por qué no se contempla, como peor de los casos, una acogida temporal en lugar de la entrega para adopción?
En estas situaciones ¿realmente se garantiza el bienestar de las personas y sus familias no humanas? ¿o es pura hipocresía? ¿No abandones?
Creo que va siendo hora de que veamos la vida de otra manera, que saquemos la parte más humana que llevamos dentro y que evitemos daños irreparables en la salud mental de personas y animales.
Hay fórmulas para evitar estas situaciones y solo es necesario querer para encontrar el mecanismo legal que lo haga posible.
Va siendo hora de que ¡hablemos de Bienestar Animal y de las Personas pero con mayúsculas!