En estos fríos de invierno puedes encontrarte con que un gato haya entrado en el motor o pasos de rueda de tu coche para resguardarse del frío.
En muchos casos dando unos pequeños toques sobre la carrocería o tocando el claxon se soluciona rápidamente, porque se asustan y salen por sí mismos.
Esto es si son adultos pero, cuando nacen las camadas, en ocasiones las gatas meten a sus pequeños para mantenerlos calientes mientras ellas van a buscar comida y los cachorrillos no suelen salir por sí solos.
Dar unos toquecillos antes de arrancar el vehículo puede salvar la vida de los gatos, además de evitar una grave avería en el motor de tu coche.
Si oyes maullidos y no responden a tu aviso contacta con una protectora o con el Ayuntamiento para que te ayuden a rescatarlos.