Mañana viernes día 17 de enero, día de San Antonio Abad, se celebrará en la Orden Tercera la tradicional bendición de mascotas.
Se trata del acto religioso más pet friendly de la ciudad y que año tras año reúne a un mayor número de personas acompañadas de sus fieles mascotas, principalmente perros, aunque tampoco faltan a la cita, entre otros, algún que otro gato o tortuga.
Como ya es habitual, se celebrará una misa a las ocho de la tarde y, al finalizar, se procederá a la bendición de las mascotas para proteger su salud y bienestar. Para las personas que llevan a sus animales, este hecho es muy importante, ya que la bendición los protege contra las enfermedades durante todo el año.
La plegaria es todo un alegato de amor y respeto a los animales, inspirado en el legado de un hombre que lo dejó todo para dedicarse en cuerpo y alma a la búsqueda de la paz espiritual. Así comienza:
“Señor Celestial, Padre Creador de todas las cosas,
hoy quiero pedir tu misericordia y compasión para mi mascota,
y por mediación de San Antonio Abad,
llamado también San Antón, el gran protector de los animales,
que tanto amor tuvo por estas criaturas,
te ruego que no lo abandones nunca;
concédele salud, que no sufra ni padezca,
que no esté triste, que no le falten las fuerzas,
que no sienta dolor ni angustia,
que no se sienta solo ni abandonado
y que siempre tenga a su lado alguien que le cuide con amor”.
San Antón, conocido también como San Antonio Abad, fue un eremita egipcio que nació en el año 251 d. C. y murió en el 356 d. C. Hijo de una familia acomodada, se quedó huérfano a los veinte años. Vendió todos sus bienes, entregó el dinero a los necesitados y se fue a vivir a una aldea local, durmiendo en una cueva sepulcral y llevando una vida totalmente austera. Se cuenta que en este lugar tuvo varios episodios con demonios, en forma de bestias salvajes, con los que se batió a muerte.
A los 35 años, cruzó el Nilo y se retiró al monte Pispir, donde vivió durante 20 años en total soledad. En esa etapa, se alimentó gracias a la ayuda de las personas que le lanzaban comida por encima del muro de su refugio. Pronto le salió un grupo de discípulos, que se establecieron en cuevas y cabañas cercanas, formando una colonia de ascetas, que lo tomaron como modelo.
San Antón fue un monje cristiano, fundador del movimiento eremítico. Los eremitas eran personas que elegían vivir en soledad, lejos de los vínculos sociales y de los placeres mundanos. Gran amante de los animales, se le representa vestido con su hábito de monje y un cerdo a sus pies.
Pero ¿por qué San Antonio Abad es el patrón de los animales? En su etapa de austeridad, fue cuando, tal y como cuenta la tradición, encontró la sabiduría en la observación de los animales y halló el amor divino en la contemplación de la naturaleza. En reconocimiento por ambas revelaciones, San Antonio empezó a bendecir a los animales y las plantas. Cuando falleció, muchos ganaderos lo tomaron como protector y patrón de sus animales. Los campesinos rogaban a San Antonio Abad para que protegiera su ganado de las enfermedades y de depredadores. En la actualidad, las personas acuden con todo tipo de animales, principalmente domésticos, a recibir la bendición.
Cuenta la leyenda que, en cierta ocasión, se acercó a una jabalina y curó a sus jabatos, que padecían ceguera. La jabalina, agradecida, se quedó junto a San Antón para protegerlo de los animales salvajes. Este es el motivo por el que se le representa con el hábito de monje, una cruz en forma de tau y un cerdo a sus pies.
Se cree que San Antón vivió hasta los 105 años, gracias a una frugal alimentación y por compartir su vida con animales de compañía.
La tradición de bendecir a los animales se remonta a principios del siglo XI, cuando se estableció como festividad en Francia. Luego, se fue extendiendo hasta nuestros días por todo el continente europeo y parte de Latinoamérica.
San Antonio Abad es uno de los patronos más queridos entre los amantes de los animales, incluso por personas aconfesionales o de diferentes credos.
Los animales forman parte de nuestras vidas y de ellos aprendemos lecciones de amor y generosidad. Ellos, sin duda alguna, son los protagonistas del día de San Antón.
Si te animas, mañana viernes tienes una peculiar cita a las ocho de la tarde en la Iglesia de la Orden Tercera de la Ciudad Vieja en A Coruña.