Tras este período de “forzosa” inactividad una de nuestras preocupaciones es cómo recuperar de manera saludable la forma física de nuestros perros.
La mayoría nuestros compañeros, sobre todo urbanitas, no han podido disfrutar de la actividad necesaria para su bienestar, tanto físico como mental. Situación acompañada del consiguiente aumento de peso.
Ahora que volvemos ya a una «nueva y extraña normalidad», y, además, el buen tiempo acompaña, es el momento de volver a practicar ejercicio con ellos. Pero, ¡cuidado! ¡las prisas no son buenas! De hecho, han aumentado las visitas a médicos y veterinarios debido a las consecuencias relacionadas con un exceso de actividad física, tanto en personas como en animales, sin la preparación adecuada.
Por eso, hablamos con Nuria Otero y el Hospital Veterinario 4 de Octubre que nos han facilitado estos 10 puntos para orientarnos a la hora de poner en forma de nuevo a nuestros perros y evitar calambres, contracturas, tendinitis o visitas inesperadas a la clínica veterinaria.
- Antes de nada, ¡controla su peso! Debido a la habitual falta de actividad, juego, paseo, y a un posible “descontrol nutricional” al pasar tanto tiempo en casa con nosotros, han ganado unos kilitos. Es el momento de deshacerse de ellos e instaurar un régimen de comidas adecuadas en cantidad y calidad. Tu veterinario puede asesorarte al respecto.
- Empieza poco a poco y marca tú los tiempos, es posible que tu perro esté “cegado por el entusiasmo” y no quiera parar de jugar, pasear o correr, y después tendrás un compañero dolorido o lesionado. Comienza la actividad física de una manera gradual en tiempo e intensidad.
- Conoce los límites y la forma física de tu amigo. El retorno al ejercicio es distinto para cada uno. El deporte desarrollado habitualmente, que esté en su peso o no, su forma de vida, campo o ciudad y edad van a marcar la diferencia.
- Comienza con paseos y aumenta gradualmente su duración e intensidad, siempre por su correa los primeros días.
- Si tienes oportunidad de que tu perro corra o juegue libremente, ¡no lo sueltes el primer día! Ejercítalo suavemente unos días antes.
- ¿Y cómo lo ejercito? ¡Muy fácil! Camina, trota (5 minutos 3 veces por semana al principio, hasta alcanzar los 20 minutos para perros acostumbrados al deporte más adelante), juega, corre (distancias cortas) o haz ejercicios con él en casa. Enséñale a sentarse y levantarse, a dar la pata, a reptar, o practica sobre una pelota de propiocepción (estabilizada, para que no se caiga), el equilibrio ayudado por golosinas o comida.
- Mi perro hacía deporte ¿cómo comienzo ahora a entrenar? Pues también es muy sencillo: calienta durante unos minutos (camina, trota, haz zig-zag o habilidades como ochos) y comienza realizando el deporte que haría habitualmente, pero a menor intensidad. Durante las dos o tres primeras semanas (dependiendo de las veces que el perro entrene), evita los impactos y giros bruscos para proteger sus músculos y articulaciones.
- Tras el deporte, deja que el perro se “enfríe” y favorece un retorno a la calma. No lo pares bruscamente. Camina, refréscalo dándole pequeñas cantidades de agua y estíralo. Si no estás seguro de cómo hacerlo, consulta a tu veterinario.
- Ahora que viene el calor, ¡evita las horas de altas temperaturas!
- Si tienes dudas, u observas cojeras, movimientos poco habituales o rechazo al ejercicio o juego, no lo dudes, consulta a tu veterinario. Tu perro puede haberse hecho daño y continuar con el ejercicio puede ser contraproducente.