Ayuda a mantener la distancia de seguridad a los más de mil perros guía que permiten a las personas ciegas seguir siendo autónomas durante el estado de alarma

Nos unimos a la petición de la Fundación ONCE del Perro Guía para que la sociedad ayude a las personas con discapacidad visual y sus perros a guardar la distancia de seguridad.

Si has tenido la ocasión de conocer o ver trabajar a un perro guía seguro que no te habrá dejado indiferente. Algunos de los «usuarios de perro guía» con los que hemos hablado afirman con total rotundidad que les aporta más seguridad su perro guía que cualquier persona: «mientras trabajan jamás se despistan».

Un total de 1056 perros guía de la ONCE acompañan durante estos días de estado de alarma a las personas ciegas de nuestro país, aportando plena autonomía y seguridad en sus desplazamientos al convertirse en los ojos de quien no puede ver. Estas personas agradecen a los perros poder seguir siendo autónomas para afrontar y superar la situación.

Desde la entrada en vigor del estado de alarma por el COVID-19, los perros guía también se quedaron en casa y sólo salieron a la calle para acompañar a las personas ciegas a cubrir sus necesidades básicas como realizar la compra en un supermercado, adquirir medicamentos en una farmacia o asistir a una consulta médica. Siempre con el arnés que los identifica como perros guía, y sin acercarse a otros perros ni sus propietarios.

Cristina, instructora de la Fundación ONCE del perro guía, nos comentaba hace unos días que están dando soporte, como siempre, a los usuarios de los perros y que a lo largo del estado de alarma han contactado con sus instructores especialmente preocupados por si podría afectar a sus compañeros el cambio de rutinas, el estar más tiempo en casa, la ausencia de ruidos o cruzarse con menos personas o coches por la calle. También como hacer para respetar la distancia de seguridad recomendada, pues sus perros no han sido entrenados, hasta ahora, para ello.

Es importante tener en cuenta que ni las personas ciegas ni sus perros tienen capacidad de conocer la distancia de seguridad recomendada por las autoridades (2 metros) para evitar posibles contagios. Por ello pedimos ayuda a la ciudadanía para que, en distintas situaciones diarias, les indiquen mediante la voz y no el tacto, la zona correcta que permita cumplir con la normativa vigente.

Para las personas invidentes resulta muy incómodo que alguien de repente y sin saber quien es les toque o agarre, ponte en su lugar. Si quieres ayudar háblale y ofrécele tu brazo. No te dirijas al perro ni le toques ¡está trabajando!

En la actualidad también hay cerca de 250 familias educadoras de cachorros o cuidadoras de los ejemplares reproductores que, ahora más que nunca, contribuyen con su colaboración a la importante tarea de lograr que las personas ciegas de nuestro país tengan la opción de contar con un perro guía que mejore su movilidad. Su labor es totalmente desinteresada y cabe destacar que esos jóvenes futuros perros guía durante su periodo de socialización y formación en algunas comunidades autónomas, como Madrid, gozan de los mismos derechos que los adultos que están en activo.

Durante la etapa de confinamiento la labor de la FOPG siguió su actividad con normalidad, manteniendo la seguridad de todo su personal que trabaja con la prioridad de cuidar el bienestar y la atención que sus perros merecen y necesitan.

La ONCE tiene como una de sus máximas la integración de las personas ciegas en la sociedad. El empleo, las relaciones sociales y culturales y la autonomía personal son los pilares sobre los que se apoya esa integración.

En un entorno cada vez más complejo, la necesidad de moverse con independencia y seguridad obliga a las personas ciegas a apostar cada vez más por una solución ágil y fiable: el perro guía. Atesora un esmerado adiestramiento que le convierte en el mejor instrumento de movilidad de una persona ciega y le otorga la misión de convertirse en los ojos de quien no puede ver.

Por ello, la ONCE creó la Fundación ONCE del Perro Guía (FOPG) hace más de treinta años, adoptando el modelo de las escuelas de perros guía europeas y norteamericanas.

Ubicadas en Boadilla del Monte (Madrid), sus actuales instalaciones cuentan con 110.000 metros cuadrados que dan cabida a todos los servicios: crianza, alojamiento y cuidado de cachorros, entrenamiento e instrucción de perros, clínica veterinaria, albergue para perros jubilados y residencia para la formación de los usuarios de perro guía.

En su trayectoria la Fundación ONCE del Perro Guía ha facilitado más de 3.000 perros a las personas ciegas o con discapacidad visual para mejorar su autonomía, desplazamientos y seguridad, convirtiendo a estos animales en un vecino más.

Las razas más utilizadas son labrador retriever, golden retriever, pastor alemán y flat coated retriever. Cabe destacar que las leyes reconocen el derecho de los usuarios a deambular y permanecer, acompañado de su perro guía, en transportes y lugares públicos o de uso público.